Una promesa es obligatoria en relación inversa al número de personas a quienes se hace, que dijo Thomas de Quincey. Como en mi última entrada -aparte del cachondeo con lo de Brad Pitt- prometí hablar sobre los dispositivos Android TV, y algunos esperáis que cumpla, heme aquí con los cacharros de escribir y de enchufar. Voy.
¿Qué es y para qué sirve un Android TV?
Un Android TV, formato box o stick, es un dispositivo multimedia con sistema operativo Android, que conectado a un televisor (mediante el puerto HDMI o por RCA) y a Internet (por cable o WiFi), lo convierte en un Smart TV. Si con Miracast y Chromecast duplicábamos la pantalla del smartphone o la tablet en nuestro televisor, con un dispositivo Android TV convertimos el televisor en un smartphone o tablet. Solo que con una pantalla asídegrande. Esto quiere decir que podemos ejecutar en la tele las mismas aplicaciones que en aquellos, y hacer aún más cosas. Veo que achináis los ojos y queréis preguntar algo como…
Entonces, ¿por qué un Android TV en vez de una tablet?
Vale. Es cierto que podemos conectar la mayoría de tablets al televisor para compartir contenido. Bien por cable HDMI o de forma inalámbrica con nuestros conocidos Mira/Chrome/cast. La diferencia estriba en que un dispositivo Android TV está diseñado para funcionar de forma dedicada con un televisor. O sea, que ahorrándose pantalla y batería, ofrece hardware más potente a fin de lograr mayor rendimiento. Si vuestro uso se limita a enseñar las fotos del viaje de novios a las visitas, la tablet cumplirá con su función. Por el contrario, si pensáis ver series y películas en streaming, jugar sin dejaros las dioptrías en el smartphone, reproducir contenido de discos externos o pendrives, interconectar dispositivos o recibir notificaciones de forma intensiva, estáis tardando en echar mano de un Android TV.
¿Y si ya tengo un televisor Smart TV?
Es posible que sea suficiente. O no. El problema del Smart TV es que cada fabricante suele tener su propio (eco)sistema. Hay marcas que cuentan con un catálogo razonable de aplicaciones y otras que son, digamos, más cicateras. Y luego está el tema de las actualizaciones. Puede que dispongáis de muchas aplicaciones, pero que la marca se desentienda de actualizarlas e imposibilite su uso. Eso no pasa tanto en un Android TV. En primer lugar, se accede al Play Store de Google. Millones de aplicaciones existentes y venideras con sus respectivas puestas al día. Después, hablamos de Android. Un sistema operativo en evolución constante. Por supuesto, esto no garantiza un dispositivo imperecedero. Al contrario: si una actualización del SO precisa de más recursos que los que tiene nuestro Android TV, nos quedaremos con las ganas. Pero se trata de un aparato externo. Y siempre resultará más económico cambiar de dispositivo que de televisor.
No diga canales, diga aplicaciones
Un Android TV es, a mi modesto entender, la mejor opción para transformar un televisor estándar en un centro multimedia con funcionalidad ilimitada. Y cuando digo estándar me refiero a un televisor plano o, incluso, a uno con más culo -con perdón- que la Kardashian. Solo precisamos un puerto HDMI o conexión RCA, acceso a Internet y ganas de darle rienda suelta a la caja tonta, convertida ahora en caja lista.
Le doy la vuelta al argumento: Gracias a los dispositivos Android TV, escoger un televisor es mucho más sencillo. No limitar nuestra elección a que incluya Smart TV de serie abre mucho el abanico de posibilidades. Cualquier modelo puede convertirse en un equipo capaz de reproducir películas, ejecutar juegos, navegar por internet, conectarse a redes sociales, descargar contenidos web y todo aquello que se pueda realizar con una tablet. Porque allá donde sólo había canales, ahora hay aplicaciones.
Podéis ver más sobre modelos y características de dispositivos Android TV en nuestra tienda online. Y si os decantáis por uno, controlad la adicción y disfrutadlo en su justa medida, no hagamos bueno aquello de Groucho Marx: Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro.