Yo he visto cosas que vosotros no creeríais: Atacar naves en llamas más allá de Orión. Rayos C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser. Colas en los supermercados mientras el cajero marcaba, tecla a tecla, los precios de los productos en una caja registradora… Era una época de etiquetadoras manuales y bolsas de plástico gratuitas. Todo cambió con la aparición de los códigos de barras (bueno, lo de las bolsas no). Agilizaron ventas, estandarizaron procesos y facilitaron el control de inventarios. El 26 de junio de 1974, a las 8:01 de la mañana, un paquete de chicles Wrigley’s era el primer producto vendido escaneado con el modelo rectangular de barras o UPC. El Instituto Smithsoniano posee uno de los 10 lectores de códigos de barras usados en el supermercado… y el paquete de chicles. Un recuerdo de la primera aparición del Uniform Product Code y de la revolución que traía consigo.
Lectores de códigos de barras, tipología y otras hierbas
Sintetizando: los códigos de barras son una combinación de líneas y números que se imprimen en los productos de consumo. Pueden ser leídos y descifrados por un lector óptico que transmite los datos incluidos en dichos códigos a un ordenador.
Los lectores de códigos de barras son periféricos de entrada muy accesibles. Podemos distinguirlos por tipo (láser, CCD, cámara…). También por conexión (USB, PS/2, RS232, Bluetooth, Radio Frecuencia, WiFi, …). O, habitualmente, por uso. Así tenemos lectores de mano, con y sin cables, ligeros y ergonómicos, ideales para retail e inventarios. Lectores 2D/PDF417, capaces de leer un número mayor de simbologías de código de barras o escanear imágenes como firmas o códigos defectuosos. Perfectos donde se precisa una mayor seguridad de lectura correcta. Lectores Bluetooth, que permiten el traspaso de información del lector al PC de manera inmediata, sin necesidad de cables. Lectores fijos, perfectos para procesos de solicitudes y sistemas de clasificación que requieran alta velocidad. Lectores rugerizados, especialmente diseñados para su uso en la industria y la logística. Y lectores de mostrador, ideales para el cobro, por su patrón de escaneo de alta velocidad desde diferentes ángulos.
Honeywell Voyager
De entre los muchos lectores de códigos de barras que disponemos en nuestro catálogo, hoy nos centraremos en un modelo de Honeywell, empresa líder en sistemas y productos de control: El Voyager 1200g.
Basado en la plataforma del escáner de una sola línea más vendido del mundo, el Voyager 1200g ofrece un excelente rendimiento de lectura en prácticamente todos los códigos de barra lineales, incluidos los de baja calidad y dañados. También destaca en la lectura de códigos de barras de alta densidad con una resolución de hasta 0,08mm. Su velocidad de lectura llega hasta las 100 líneas por segundo. Y las simbologías que registra son DataBar GS1 y 1D estándar.
En cuanto a durabilidad, incluye una única placa de circuitos impresos con un soporte de amortiguación. Esto proporciona una mayor resistencia a los impactos. El botón del lector está empotrado, protegido por un molde de goma ergonómico. Y la ventana de cristal queda resguardada por el marco del lector, además de ser resistente a los arañazos. Asimismo, cuenta con un grado de protección IP42.
Para finalizar, incluye la tecnología CodeGate, que permite que los usuarios se aseguren de que se ha leído el código de barras deseado antes de transmitir los datos. Por lo que resulta ideal para utilizarlo en aplicaciones de lectura de menús con varios códigos.
Por qué apostar por los lectores de códigos de barras
Ya sabemos lo que son estos dispositivos, pues su propio nombre implica su funcionalidad. Pero se supone que cuentan también con otras virtudes. Y el resumen de todas ellas se contiene en una sola palabra: eficiencia. Con poco más de 40 años de historia, los lectores de códigos de barras se han convertido en aparatos omnipresentes y ubicuos. Captar datos de productos y gestionarlos de manera efectiva ha desterrado tareas prehistóricas como la gestión comercial con papel pautado y boli. Se me ocurren varias razones para apostar por el uso de estos periféricos, pero como no hace falta entrar en detalles, las resumiré en dos principales:
- Mejora de la productividad. Reducen la sobrecarga de trabajo del personal y permiten la actualización inmediata de datos.
- Eliminación casi total de errores. El escaneo óptico de códigos de barras presenta una tasa de error de 1 por cada 36 trillones de caracteres. La entrada manual de datos, 10 por cada 1000 pulsaciones de teclas.
El monólogo de Roy Batty en Blade Runner seguía con aquello de todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Pues eso. Tras cuatro décadas de revolución silenciosa, es el momento de decir adiós a vuestra vieja etiquetadora y pasar a un lector como el Honeywell 1200g de nuestra tienda online. Aunque no llueva ni a tiros.