Estamos frente a una época donde los fabricantes de tarjetas gráficas NVIDIA y AMD están recuperando parte de la emoción que antes había detrás del mercado de las gráficas para ordenadores, observando como están lanzando los procesadores gráficos más ambiciosos.
Las apuestas que están realizando son muy diferentes, antes podíamos elegir una tarjeta gráfica por precio o rendimiento, ahora tenemos que valorar muchos otros aspectos además de los ya mencionados.
Sin ir más lejos por ejemplo la serie de Nvidia GeForce RTX 20 pretende despuntar gracias a la implementación del trazado de rayos mediante hardware y recurrir a la inteligencia artificial para disponer de un algoritmo de eliminación de los bordes dentados DLSS. Y por otro lado AMD con su GPU Radeon VII está apostando fuerte por la arquitectura Vega 20 que, aunque rinde muy bien con los juegos a 2160p no está específicamente orientada al mundo gamer. Ahora queremos comentar con vosotros lo que creemos que en muchas ocasiones se pasa en alto cuando compramos una nueva tarjeta gráfica para nuestro ordenador.
Elegir nuestra nueva tarjeta gráfica se tiene que basar en la resolución a la que queremos jugar
En muchas ocasiones basamos la compra de la tarjeta gráfica en aspectos del hardware de nuestra torre directamente como la placa base, el procesador y la memoria RAM. Y mal no está, pero hay un aspecto que pocas veces se tiene en cuenta a la hora de comprarnos la gráfica que queremos, estamos hablando de la resolución de pantalla.
Y esto va relacionado directamente con el monitor o pantalla del pc, supongamos que realizas una inversión en comprarte una tarjeta gráfica Nvidia GeForce GTX 1070 que nos dará un rendimiento alto y podremos ver los juegos como si formáramos parte de ellos. Pero a la salida de este potente motor gráfico conectamos un monitor FULL HD a 60Hz. La experiencia de imagen que estaremos teniendo se puede comprar a la calidad que nos puede proporcionar una GPU GeForce 1050/GeForce 1060, teniendo en cuenta el coste más bajo de estos modelos con el que nos hemos decidido.
La conclusión y el consejo más sabio que os podemos ofrecer desde nuestro blog es que compréis una tarjeta gráfica que os permita exprimir al máximo vuestro monitor. Por el contrario, si aun así decidís comprar una GPU potente, haceros también de un buen monitor con resoluciones 4K y una tasa de refresco ideal para exprimir a tope la potencia gráfica de vuestra nueva tarjeta gráfica.
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