¿Sientes que tu ordenador ha perdido la velocidad que tenía cuando lo compraste? Si notas que las aplicaciones tardan más en abrirse, el arranque cuando lo enciendes es más lento y las tareas más simples parecen llevar una eternidad, es muy posible que el problema esté en tu disco duro.
Una de las soluciones más efectivas y que recomendamos en Depau para mejorar el rendimiento general de tu equipo, es la instalación de discos SSD. En este artículo te explicamos como estos discos duros SSD marcan una gran diferencia en el rendimiento en tu ordenador y como puedes encontrar el que necesitas.
¿Qué es un disco SSD y cómo funciona?
Un disco duro SSD (Solid State Drive, por sus siglas en inglés) es un tipo de almacenamiento que utiliza memoria flash para guardar tus datos. Por ponerle una similitud, son parecidos a las memorias USB, pero un disco duro SSD es mucho más rápido y con mayor capacidad de almacenamiento.
¿Cuáles son las diferencias entre un disco duro HDD y SSD?
El salto tecnológico que representan los discos duros SSD en comparación con los discos duros HDD es muy evidente y fácil de enseñar. Para comprender mejor las ventajas de los SSD, aquí te dejamos una comparación directa entre ambos:
La velocidad de lectura/escritura
- SSD: Los SSD son muchísimo más rápidos, ya que acceden a los datos electrónicamente en lugar de depender de partes móviles. La velocidad de lectura y escritura de un SSD medio puede alcanzar entre 500 y 600 MB/s en modelos basados en SATA, y hasta 3.500 MB/s o más en discos SSD NVMe. Esta velocidad mejora muchísimo el rendimiento en tareas como el arranque del sistema operativo, la apertura de programas y la transferencia de archivos.
- HDD: Las velocidades de lectura y escritura en un disco duro mecánico dependen de la velocidad de rotación de los discos internos. La mayoría de los discos duros funcionan a 5400 RPM o 7200 RPM (revoluciones por minuto). En general, las tasas de transferencia de datos oscilan entre 80 y 160 MB/s. Como podemos observar, son mucho más lentos que las SSD.
El tamaño que ocupan – Discos SSD
- HDD: Estos discos duros son más grandes y pesados que los SSD. Los HDD vienen en tamaños de 2.5″ (para portátiles) y 3.5″ (para ordenadores de sobremesa). Esto es un inconveniente si el espacio es limitado o si necesitas un dispositivo más pequeño.
- SSD: Los discos duros SSD son mucho más compactos y ligeros que los HDD, especialmente los modelos M.2 y NVMe, que se conectan directamente a la placa base y ocupan muy poco espacio. Esto los hace ideales para dispositivos delgados y ligeros, como ultrabooks o tablets.
Su durabilidad y resistencia – Discos SSD
- SSD: Al no tener partes móviles, los SSD son más resistentes a golpes y vibraciones (aunque hay que evitar llegar a ese punto). Esto los hace ideales para dispositivos portátiles, donde los movimientos bruscos son comunes. Aunque los SSD tienen un número limitado de ciclos de escritura/lectura en sus celdas de memoria, su durabilidad sigue siendo superior en la mayoría de los casos frente a los discos duros tradicionales.
- HDD: Al tener componentes mecánicos, los discos duros son más propensos a sufrir daños físicos. Golpes, vibraciones o movimientos bruscos pueden dañar los discos magnéticos o el brazo lector, lo que puede provocar la pérdida de datos o fallos en el sistema. Además, suelen consumir más energía que los SSD, lo que conlleva a que la batería de un portátil dure menos, por ejemplo.
También hay que destacar que los discos duros SSD son más silenciosos y generan menos calor que las HDD.
¿Cómo puede mejorar un disco SSD tu ordenador?
- Arranque instantáneo del sistema: Un ordenador con un HDD puede tardar varios minutos en arrancar, especialmente si tiene años de uso. Con un disco duro SSD, el sistema operativo puede estar listo en menos de 10 segundos, permitiéndote trabajar de inmediato.
- Se mejora el rendimiento multitarea: Si eres de los que tienen múltiples pestañas abiertas en el navegador mientras trabajas o navegas, un SSD evitará el temido «congelamiento» de aplicaciones. La capacidad de gestionar múltiples tareas a la vez se optimiza muy bien con la ayuda de un SSD.
- Experiencia fluida en juegos y aplicaciones exigentes: Los jugadores y creadores de contenido notarán una diferencia muy grande al pasar de un disco duro de HDD a uno SSD. Los juegos se cargarán más rápido, las texturas y los elementos gráficos aparecerán sin retrasos y, en general, la experiencia será más fluida.
Pasos para instalar discos SSD en tu ordenador
La instalación de un SSD parece complicada, pero en realidad es un proceso muy simple y fácil que muchos usuarios pueden hacer por sí mismo. Aquí te dejamos un resumen básico de los pasos:
- Guarda tus datos correctamente: Antes de realizar cualquier cambio, asegúrate de hacer una copia de seguridad de tus archivos importantes que guardar en el ordenador.
- Apaga y desconecta tu ordenador: Retira la carcasa y localiza el disco duro antiguo
que quieres cambiar. - Instala el SSD: Si es un SSD SATA, puedes conectarlo utilizando los mismos cables que el HDD. Si es un M.2 o NVMe, conéctalo directamente a la placa base.
- Reinstale el sistema operativo o clona el disco original en el nuevo SSD.
Como has visto, actualizar tu ordenador con un disco duro SSD es una de las mejores opciones que tienes para mejorar su rendimiento y velocidad. No esperes más para darle a tu ordenador el impulso que necesita con un disco duro SSD de los que vendemos en Depau.
